viernes, 14 de mayo de 2010

El desconocido

Era un desconocido…
Se le entremetió en su casa, llevaba una voz tenue, sensual y cálida.
Que se acercaba de a pasos cortos, sutil y vigorosamente,
pretendiendo que le crea, su lealtad como amigo.
Pero ella era la que quería, terminar creyendo eso…
El no pretendía su confianza, tampoco jamás le pidió un beso.
Era simplemente un desconocido, que comenzó a conocerla
entre versos y letras, y una que otras palabras sueltas.
Entre un pasillo de varios metros, se cruzaban palabras,
parecían dos desconocidos, que jugaban a escondidas de este mundo tan real,
imaginándose invisibles en el momento de actuar.
Eran dos personas, jugando a ser ellos, pero que juntos hacían
otro sujeto, sin cambiar la esencia o lo innato,
simplemente se desconocían.
Y comenzó a suceder, cada vez de a mas rato…
Horas de palabras, de frases y arrebatos, se pasaban ambos desconocidos
intercambiándose opiniones, pensamientos y momentos gratos.
También había fantasías, que el desconocido le sugería a ella,
sin decirle nunca que no, rechazo la propuesta…
Se conocían poco las caras, pero en realidad
se habían visto muchas mas veces de las que registraban.
Pero antes simplemente el era un desconocido de pasillo
y ella, tímida y simple preguntona que andaba sin decirlo.
Fueron tiempos muy discordes los que eligió el tiempo para unirlos,
cuando al fin comenzaban a conocerse
los desconocidos no tenían mismo camino.
El era un chico aspirante a un destino infinito,
ella una niña chica que soñaba con un mundo distinto….

Y nunca terminaron… de escribir esta historia
porque siguieron siendo desconocidos,
que quisieron conocerse y no se lo permitió simplemente el destino.

lunes, 3 de mayo de 2010

Te lo explico por escrito

Hoy me senté y te observé, solo me limité a hacer eso. Simplemente porque las palabras no cabían en un espacio de misterio e incertidumbre, no rellenaban ese vacío que se imponía delante de nuestra realidad. Me miraste, fijamente durante varios segundos seguidos, casi sin parpadear, casi sin respirar. Tu nariz casi inmóvil como si no penetrara aire hacia tu interior, eras como de yeso, afásico, y si tengo que recordarte ahora, tu rostro estaba velado.

Mientras pasaban esos eternos segundos de cruce de miradas, se me pasaron miles de cosas por mi ansiosa cabeza, todas sin destino final, todas inconclusas, rebeldes y asimétricas. Nada que me conforme, que me incite siquiera a retornar a la realidad. Aunque era todo desprolijo no me convencía para terminar esta irreal ilusión, simplemente deseaba que ese momento se congelara y se haga eterno. Ya por fin, había conseguido tener tu mirada, por primera vez en la vida y nadie podría comprender como se sentía aquello.

Me inducia a revelarte mis más profundos secretos, mis mayores sueños y mis frustrantes proyectos, de a poco me los ibas descubriendo y yo te contaba con cada detalle como seria esto y aquello sin perderme un solo rincón de esa imaginaria situación involucrándote a cada paso, como participe principal de oyente, solo de eso… solo me permití darte ese espacio en mis fantasías, un simple y sutil oyente de ellas. Valiéndome de que en la imaginación todo es posible podría haberte hecho participante activo, pero era todo más emocionante así, sin que tengas un rostro marcado y definido, sin saber el color de tu piel o el olor de tus manos, sin tener siquiera la certeza si eras hombre o mujer con una enorme cabellera o calvo, solo estaba segura de una cosa. Tu mirada era penetrante, tanto que hacia borrar todo tipo de esperanzas de convertirte en real, tal así como estabas eras perfecto.

Al cabo de dos segundos paso todo eso, la maquina andaba tan fuerte que miles y miles de pensamientos pasaban a la vez, o uno tras del otro en milésimas y centésimas de segundos. Luego de ello, tuve hasta tiempo de hacer un espacio, pensar, en blanco, sin ti… y aun quería estar allí, parecía que no existiría nada en el mundo, por lo menos esta vez, que finalizaría todo, nada lo interrumpiría, ni aunque esto hubiera estado siendo un simple y alucinante sueño y sucediera lo que sucede cuando se abren los ojos… Ni con eso. Yo estaba soñando con los ojos abiertos, yo estaba en otro mundo, eran otras las dimensiones, porque no existía nada alrededor, ni nadie. Solo tu mirada y la mía, compenetradas en una.

De repente se oye un fuerte sonido acompañado de una brisa que hizo erizar mi piel por completo… no era un trueno, no era un sonido musical, no era una voz. Era algo externo a ese momento, a esa imaginación. Y yo notaba que quería acabar con todo esto, me estaba marcando el final de esa pequeña e inmensa a la vez experiencia que mis ojos y tus ojos estaban viviendo.

Y después de unos segundos del intenso sonido, logre escuchar una voz, suave, como un susurro al oído que simplemente me decía, “te ama”.

Y no pasaron ni veinte segundos más, que ya no me estabas mirando, ya no sentía esa conexión clandestina, ahora todo se había convertido en incertidumbre pura a lo no conocido, te habías convertido en mi por esos segundos seguidos y había sido lo mas bello que me había sucedido en la vida y sentía que ya no te tenia, que jamás te volvería a encontrar en ese sitio, en ese momento y bajo esas circunstancias. Pero me lleve lo mejor de ti, aprendí a encontrar lo maravilloso de ese momento, me lo guarde y lo recordé por el resto de mi vida, no fue el momento, no fueron los pensamientos… fue tu mirada, que era para mí exclusivamente, para nadie más en este planeta, solo para mí.

Con el tiempo crecí, maduré y aprendí a socializarme, a conectarme con lo real. Entre aquel momento y este, yo estaba esperándote, ilusionada que volvería a encontrar a aquella persona de la mirada fuerte y penetrante.

Después de una suficiente experiencia de vida, apareciste un día cualquiera, en un lugar cualquiera, pero hecho hombre, física y emocionalmente, tenias el pelo oscuro pero la test blanca, tu cara estaba mitad tapada por tu mediana barba, tus ojos siempre brillaban y el color me impacto al instante que me miraste, no podía definirlos pero eran brillantes y no comunes, tu boca no se perdía entre tu rostro y siempre ofrecía una sonrisa. Pasaron los días, los meses, y nos conocimos mejor. Me enseñaste a no apurarme al conocer a alguien, a pensar las cosas antes de hacerlas, a guiarme por lo que sentía pero a no ser impulsiva, también me diste fuerzas para creer en mí y en lo que soy. Con el pasar de los meses te metiste en mi vida, agarraste mi corazón y lo puliste por completo, cualquier marca que tendría a tu lado ya no se notaba, ya no importaba.

Un día, me miraste a los ojos y yo te mire firmemente, yo esperaba que me preguntaras si quería ser tu novia, sin embargo me miraste nada mas… no importaban las palabras, no cabían, no hacían falta, estarían de mas. Y allí me di cuenta, que ya te conocía, y vos también me conocías a mí.

Entonces comprendí que eras el mismo. Solo que ahora eras real… antes solo eras la esperanza de esto.
Te lo expliqué por escrito, ahora en dos palabras... TE AMO