lunes, 20 de febrero de 2012

El baúl

Murmuraba por ahí, una voz muy silenciosa... que estaba encerrada dentro de un baúl. El baúl de sus recuerdos. Cada día iba recolectando mas palabras, mas silencios, mas sufrimiento y mas dolor. Intentó varias veces elevar el tono de voz, pero había algo que se lo estaba impidiendo y aún no descifraba qué era. Entonces se conformaba con mantenerse en silencio.
Pero llegado un día, después de pasar por muchos dolores que se cansó de no poder gritarle al mundo su sufrimiento y animarse a salir del baúl que tanto la ataba. En la desesperación de querer hacerlo cometió varios errores, queriendo salir no se daba cuenta que cada vez se hundía mas y mas, optó por el camino mas corto pero a la vez mas difícil, intento salir de ese baúl erradamente, a través de apariencias falsas, sin darse cuenta que solo se estaba engañándose a sí misma, pensando desatinadamente que el engaño era hacia los demás.
Y ahí es cuando le aparece la culpa, otro sentimiento que le carcomía de a poco cuando ella no lo podía manejar.
Paso el tiempo, siguió intentando y siguió tropezando varias veces con la misma piedra. Hasta que un día de aquellos que nunca jamás se olvidan, entre la desesperación, el dolor y la poca fuerza que le quedaba para seguir luchando sola, porque esa era la única manera que elegía y podía hacerlo, juntó coraje... mucho y pudo animarse a realizar el primer paso hacia la sinceridad con ella misma... gritó tan fuerte y empujó tan fuerte el baúl, que logró asomar la cabeza.
Sintió que el mundo era el mismo de siempre, pero ella logró sacarse un gran peso de encima. Pero la culpa seguía rondando a su alrededor, la vergüenza, la auto recriminación y aún intacto el sufrimiento.
La ayuda otorgada parecía no ser suficiente para ella, porque había algo que seguía impidiéndole salir del todo de ese baúl. Así que prácticamente estaba en una situación similar a la del comienzo pero sin el peso de una gran mochila que llevaba hace años.
Le faltaba aliviarse del dolor que le había dejado ese peso en su cuerpo y su mente y algo muy importante que aún no lograba descifrarlo, por eso seguía por el mismo camino, perdida, sin rumbo, sufriendo, viviendo por vivir, respirando por respirar.
Hasta que un mediodía soleado toma ella misma una decisión errónea conducida por su ceguera, su irresponsabilidad y por sobretodo su egoísmo hacia quienes esperaban ansiosamente y con ese gran corazón abierto verla salir del baúl completa y feliz, esa decisión, la marcó para toda la vida, es verdad que la padeció, la sufrió, la luchó. Pero lo mas importante que sacó de ella fue darse cuenta que era ella misma quien debía pasar por ello sola para poder ver con sus propios ojos y lagrimas que mucha gente la estaba esperando con los brazos abiertos, para darse cuenta que la culpa de todo era de ella por tomar tantas decisiones equivocadas y era su responsabilidad y su misión buscar la forma de salir al mundo, de comenzar a ver la vida, a disfrutarla a reír... reír, cuanto tiempo estuvo sin poder hacerlo...
Entonces al salir y comenzar a aceptar todo ese compromiso que estaba intentando asumir, después de asumir que la culpa era de ella pero que las culpas uno mismo debe perdonárselas para poder ahí comenzar todo el proceso, sintió el apoyo incondicional de la gente que mas la quería, la gente que tanto sufrió al verla no poder salir de ese baúl y no poder ayudarla.
Con el pasar del tiempo, poquito a poquito fue adquiriendo sentimientos, emociones, actitudes, formas de vida que jamás había experimentado y por supuesto se dio cuenta que ello era totalmente mas agradable que lo que conocía dentro del baúl. Animándose no solo a vivir el día a día sino también atreviéndose a proyectar y ver el futuro feliz, sin mirar hacia atrás.
Y así es como esta personita hoy se aferra de sus seres mas queridos, pero sola es como va saliendo adelante, decidida a no abrir mas ese baúl que permanecerá cerrado por siempre con ella porque formo parte de su vida mucho tiempo.

Hoy esa persona, no encuentra a quien agradecerle por poder salir del baúl, aunque de a poco va comprendiendo que quien tubo la fortaleza de hacerlo fue ella misma.-