sábado, 26 de mayo de 2012

Mi lado izquierdo


Hace casi 5 meses una nube se entrepuso entre mi realidad y la verdad… me dio la peor de las lecciones dolorosas que uno realmente necesita para darse cuenta de que la vida esta para vivirla y no para sobrevivirla. Teniendo todo lo necesario para progresar en ella sin dificultad seguía haciéndome problemas por cada cosa que se me acercaba. Pero tal vez no tenia todo lo necesario, me faltaba algo tan importante como el aire para poder respirar, me faltaba el amor a mi misma. Que no es poco, que en realidad es todo, ya que desde allí parte lo demás, las relaciones, el soportar los fracasos y el disfrutar los triunfos.
Y asi fue como hace casi 5 meses lo que me paso físicamente tiene una gran explicación emocional… yo tenia paralizado el corazón, y se me paralizo la pierna… intentándole encontrar la relación a todo, fue justo la pierna conectada al corazón, la pierna izquierda.
Solo yo, pero solo yo sabe lo que se siente querer y no poder… pararme y caerme, elevar la pierna y que caiga bruscamente, mirar los dedos del pie y sentirlos muertos… fue tan doloroso el comienzo como la continuación…
Un día pude mover los dedos y pararme, todo parecía ir rápido, pase de la cama a la muleta y a la semana  a caminar sin ella, pero con una marcada dificultad que llamaba la atención de toda persona que me pasaba por al lado y nunca faltar quien te conociera y preguntara que me paso. El tiempo se hacía eterno, la rehabilitación insólita e irónica a la vez, los médicos no me daban resultados certeros ni soluciones explicitas.
Poco a poco todo eso curiosamente iba dándome mas esperanzas, mas fuerzas, ayudándome a superar ese trayecto, sin preocuparme de mas ni de menos, sin tirarme abajo pero lo mas importante fue lo que me hizo ver, me hizo caer en la realidad, Dios me había dado una señal, solo me había lastimado una pierna, pero mi cuerpo todavía estaba, debía cuidármelo. Entonces desde ahí todas mis energias estuvieron puestas en recuperarme.
Yo sabia que no iba a ser fácil pero estaba dispuesta a todo, todo, todo… asi fue que llevo 4 meses de rehabilitación sin faltar ni quejarme un día, miles de consultas viajando por los al rededores buscando soluciones, estudios, ayudas medicas.
Consecuencias? Que si las tuve, desde el tener que acostumbrarme a caminar con dificultad, no poder correr, siempre ir atrás que todos hasta que alguien se de cuenta que allí vengo, animarme a volver a andar en bici, abandonar la moto. Y hasta luchar contra la estabilidad y el equilibrio que me regalo un par de visitas al suelo, algunas con suerte , otra no… caerme y consecuentemente de una fractura tener que entrar a cirugía para arreglar un tendón cortado… con cara feliz, esa es la cara que aprendi a ponerle a los problemas que la vida me regala. Yo no tomo esto como una desgracia, sino como un regalo que la vida me dio para enseñarme algo mucho mejor, enseñarme a disfrutar la vida sin tenerlo todo… y que todo lo que se te quita se te compensa con algo, nunca tenemos todo.
Pasado el tiempo, la mano con solución y la pierna en la sala de espera…la esperanza sigue en pie, se vera que es lo mejor, pero si la vida me deja asi, le agradeceré igual porque no me quito nada, si no me hubiera pasado todo esto tal vez estaría perdida, sin rumbo. Esto le dio un doble sentido a mi vida, un sentido donde los valores cambian, donde lo que mas amo y deseo es tener una familia propia y mantener mi familia y amigos. Tener trabajo, pero gozándolo, disfrutándolo, haciendo cosas que me hagan sentir mas feliz de lo que soy, aun asi, limitada físicamente de mi lado izquierdo… por eso creo que en la vida todo se puede y por algo sucede.

martes, 1 de mayo de 2012

Ochenta años de vida


Ochenta años de sabiduría, de existencia, de impotencia, de tristezas y alegrías…
ochenta años de vida.
Cuanto se aprende en el correr de la misma, cuanta riqueza, historias vividas.
Mi satisfacción al ver sus ojos brillar de felicidad cuando simplemente
uno les da atención, parte de su  tiempo, respeto  y alegría
por un momento de la vida, ese entusiasmo los lleva a olvidar
todo ese padecimiento que tienen adentro, ochenta años de vida.
Esa mochila que cada día pesa más, sabiendo que pronto terminará,
Esa es la mochila más pesada, el saber que algún día todo se acaba.

Es hermoso ayudar a quien necesita tanto amor y tan fácil que es dárselos.
Solo hay que sentirlo, observar sus miradas y saber que con poco o nada
podes lograr una enorme sonrisa en su cara, en medio de tanta resignación,
de tanto miedo al dolor y sobretodo a la resignación.

Las cosas mas simples como la humildad, compartir un mate, una charla,
quedarse escuchando sus historias, sus ochenta años de vida. No se compara con nada
Te llena el alma, te enriquece, y lo mejor de todo esto es como te pagan,
con sumo agradecimiento, con amor y enseñanza. Y von la satisfacción nuestra
de hacerles pasar aun que sea un momento, ese sentimiento de aburrimiento
mezclado con la rutina de sus años añejos y la devolución simple como una sonrisa
que te llega al corazón, verlos feliz es mi máximo objetivo.

Aunque a veces nos toque escuchar muchas quejas, frases e historias repetidas,
otras veces nos echan, nos gritan y nos ignoran,
nos toque hablarles sin saber jamás si te entienden,
porque están entre el borde de la vida y la muerte.
Nos toque verlos caer y levantar mil veces,
esos días que quieren morir y las lagrimas inundan su cara,
su voz estremecida te susurra “esto ya no es vida”
y siempre hay algo que uno puedo aportar: hablarles de sus gustos,
inventarles historias donde puedan sentirse identificados,
jugarles un juego, llevarles dulces, hacerles mimos, abrazarlos y darles un beso.

El adulto mayor no es un niño gigante.
El adulto mayor es un ser especial  que vivió toda la vida,
que debe ser un ejemplo para nosotros, porque tiene la máxima experiencia
de la cual podemos sacar siempre una enseñanza de cada uno de ellos.
El adulto mayor con sus ochenta años de vida, no es un ser inferior e inofensivo,
al contrario es superior en todo, porque lo vivió todo, lo superó, lo luchó, lo peleó…
Y si sigue estando aquí es porque supo enfrentarse siempre a los obstáculos de la vida,
disfrutando cada cosa, momento y persona que se le cruzo en el camino.

Entonces ochenta años de vida, es un ejemplo y hacemos lo máximo posible
para hacerles entender lo importantes y únicos que son.
Sintiéndose uno identificado en cada uno con un pedazo de ellos, con un pedazo de su historia, donde nos remontamos a nuestros recuerdos de niños y los abuelos
Y vemos en cada uno de ellos una parte de estos.

“El adulto mayor, por experiencia de vida
tiene todas las herramientas para ser feliz,
solo que si le falta amor, el motor de su corazón,
no se animan a usarlas por miedo a estar solos,
 A terminar solos… hasta el momento en que partan ”